Las 7 cosas que deberías saber para cuidar un bonsái Ficus retusa
El bonsái Ficus retusa es uno de los árboles más resistentes y adecuados para el aficionado del bonsái. Esta especie es muy apreciada por su gran resistencia y capacidad de adaptación. Es un árbol de hojas brillantes y robustas, con troncos muy llamativos. Además, la emisión de raíces aéreas le confieren un carácter especial. Mediante estas raíces aéreas, en la naturaleza, los Ficus extienden sus ramas y ocupan una enorme superficie de terreno.
En este blog te mostramos las 7 cosas que deberías saber para cuidar un bonsái Ficus retusa.
Situación
El Ficus retusa es un árbol de origen tropical y necesita temperaturas más o menos constantes para vivir bien. De todas formas, en zonas de climas suaves como el mediterráneo, lo podemos situar perfectamente en el exterior. En el caso de ubicarlo en el interior de casa, será necesario proporcionarle un espacio con la suficiente luz y ventilación. Lo situaremos lo más cerca posible de una ventana bien luminosa para que pueda hacer correctamente la fotosíntesis.
En el caso de que decidamos ubicar nuestro bonsái en el exterior, el crecimiento será más rápido y vigoroso. Esto hará que la copa del árbol se vea más poblada y tupida. Deberemos tener en cuenta que en este caso las necesidades hídricas se verán incrementadas.
Riego del bonsái Ficus retusa
La frecuencia del riego va a depender de varios factores, por lo que no podríamos establecer una pauta fija. El riego irá directamente relacionado con la ubicación del bonsái, la humedad ambiental y la temperatura. El Ficus retusa es una especie con mucha resistencia a la sequía, pero tienen que regarse cuando el sustrato esté parcialmente seco. Si tocamos la tierra y no está húmeda, hemos de regar. No es muy exigente en cuanto la calidad del agua, pueden regarse sin problemas con agua del grifo, pero si remojamos las hojas con agua muy calcárea las mancharemos un poco. Es preferible que dejemos que se seque la tierra un poco a que siempre esté húmeda, ya que la humedad excesiva podría provocar que las raíces se pudran.
Poda
Los Ficus responden muy bien a la poda siempre que estén sanos y bien cuidados. Un ligero abonado anterior es de buena ayuda. La mejor época para podar los Ficus es hacia el final de primavera. Podemos podar hasta mediados de verano, para que dispongan del tiempo necesario para volver a crecer.
En las heridas de la poda, bonsái Ficus retusa libera una leche blanca (látex). Para muchas personas puede hacer quemaduras en la piel, por lo que es recomendable el uso de guantes cuando hagamos esta tarea.
Defoliado
El defoliado es una técnica que sirve para conseguir una ramificación más abundante y con hojas más pequeñas. Básicamente, consiste en quitar las hojas del árbol, creando así un invierno artificial y obligando al bonsái a efectuar una segunda brotación. El defoliado se efectúa sobre la hoja madura y tras la primera brotación de primavera, a principios de verano.
Deberemos tener en cuenta que esta técnica solo la aplicaremos en bonsáis que estén sanos y vigorosos. En el caso de estar débiles será mejor esperar a que mejore para no empeorar su salud.
Alambrado
El alambrado es una técnica que nos permite hacer un modelado en las ramas sin necesidad de pasar por la poda. Las ramas finas de estos bonsáis tienen una gran flexibilidad. Eso nos facilita su modelado, pero las ramas gruesas son mucho más rígidas y es difícil doblarlas sin romperlas. El momento óptimo para alambrar es después de la poda o el defoliado, cuando vemos mejor su ramificación.
Si quieres saber más de la técnica del alambrado puedes ver el blog «Cómo alambrar y dar forma a un bonsái».
Abonado
El Ficus retusa es una especie de crecimiento rápido, por eso es necesario abonar con regularidad, sobre todo en primavera, verano y otoño, para que no le falte ningún nutriente. Desde primavera hasta otoño cada 2 semanas y en invierno cada mes. La cantidad y el modo dependen de las recomendaciones del fabricante del producto.
En el blog «¡No riegues sobre mojado! Descubre los secretos del riego y abonado del bonsái Ficus retusa» te ampliamos la información.
Plagas más comunes del bonsái Ficus retusa
Los Ficus son especies muy resistentes, pero ocasionalmente pueden verse afectados algunas plagas y enfermedades. Te explicamos las más frecuentes:
- Araña roja: son ácaros diminutos. Estos ácaros pican las hojas, en las que aparecen innumerables pequeños puntos amarillos. El mejor tratamiento es un buen acaricida.
- Trips: Para verlos bien necesitamos una lupa, suelen ser de 2 mm en esta especie. Las hojas picadas se pliegan, y sirven así de refugio a las larvas. Para eliminarlos, tenemos que quitar las hojas afectadas y tratar con un insecticida sistémico.
- Cochinilla: Las cochinillas algodonosas desprenden una importante cantidad de melazas que caen encima de las hojas que acaban ennegreciendo al fermentar. Es muy fácil ver las cochinillas por sus grandes filamentos blancos con aspecto de algodón.
Estas son las 7 cosas que deberías saber para cuidar un bonsái Ficus retusa. ¿Qué te ha parecido?
Más información en el monográfico del Ficus
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Sobre el autor
Mistral Bonsai
En Mistral Bonsai somos un equipo de comunicación, técnicos y maestros comprometidos desde el primer día con la que divulgación del maravilloso arte del bonsái. Un mundo, sin duda, con muchas cosas para compartir. Creemos que un bonsái es un árbol con alma, único e irrepetible. Otro de nuestros pilares más esenciales es, como no podía ser de otra manera, el estrecho compromiso para preservar el Medio Ambiente y la naturaleza.
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