El trasplante de bonsáis
A menudo nos preguntamos cuando realizar el trasplante de bonsáis. Las raíces de todos los árboles crecen para encontrar el agua y los nutrientes que le son tan necesarios para la vida. Así pues, cuando un árbol crece en una maceta, las raíces van creciendo hasta ocupar la totalidad del espacio limitado.
Al mismo tiempo la tierra se va desgastando y pierde la facultad de proporcionar los nutrientes que el árbol necesita. Al regar, notaremos que el agua penetra cada vez con más dificultad en la tierra envejecida. Si levantamos el árbol de la maceta, veremos que las raíces forman un ovillo espeso y enredado. Este será pues el momento de pensar en el trasplante.
¿En qué época hay que trasplantar?
El tiempo favorable para trasplantar suele ser al final del letargo invernal, justo antes de que el árbol inicie su período de crecimiento.
¿Cómo trasplantar?
1. Tener bien preparada la maceta, herramientas y tierra que vamos a utilizar, para no tener que interrumpir constantemente el trasplante a la busca de la herramienta perdida.
2. Levantar el árbol de la maceta, quitar la tierra vieja desenredando las raíces ayudados por un kumade (rastrillo pequeño) e incluso el chorro de agua de un grifo o manguera.
3. Recortar aproximadamente un tercio de las raíces.
4. Volver a plantar el árbol con tierra nueva que haremos entrar entre las raíces con la ayuda de un bastoncito, intentando que no queden «bolsas de aire».
5. Regar bien, hasta que el agua salga limpia por los agujeros del fondo de la maceta.
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¿Qué tierras se deben utilizar?
Los bonsáis viven bien en tierras granuladas como la akadama mezcladas con un drenaje como Terrabonsai. La proporción varía según las especies, pero en principio la akadama se vierte en una capa en el fondo del tiesto (el 50% de la capacidad) para crear un buen drenaje. La segunda capa, de Terrabonsai, en la cual se desarrollarán más las raíces.
La akadama es el sustrato más conocido para el bonsái, ya sea akadama sola o bien mezclada con otros sustratos (kanuma, terrabonsai…). Las propiedades que hacen que la akadama sea un producto muy interesante para cultivar el bonsái son tanto su buen drenaje (sus raíces se oxigenarán mejor) como su resistencia a la degradación.
Tierrabonsai esta compuesto de turba rubia, de akadama y de gres volcánico. Con la mezcla de los diferentes componentes se obtiene un substrato óptimo para los aficionados principiantes; la perfecta combinación entre el aire y el agua retenidos por el sustrato da la posibilidad de no estar excesivamente dependiente de los riegos, ya que retiene bien el agua.
Otro sustrato a tener en cuenta es la kanuma (pH de 4). Adecuado para cultivar los bonsáis que necesitan un sustrato ácido, principalmente las azaleas (rododendros) y algunos coníferos.
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Frecuencia del trasplante
La frecuencia varía según la especie. En general, los bonsáis jóvenes crecen más que los bonsáis maduros, y necesitan un trasplante más frecuente.
Puede variar mucho la frecuencia de trasplante desde los frutales que se trasplantan por norma general anualmente, a las coníferas que pueden trasplantarse cada 4 a 6 años aproximadamente.
Estas cifras son orientativas, ya que hay que observar individualmente cada árbol para saber cuando precisa el trasplante.
¿Qué debe tenerse en cuenta después de un trasplante?
Un trasplante en la época adecuada no supone una gran dificultad para el árbol. Pero hasta que las raíces empiecen a trabajar de nuevo, lo protegeremos del viento y del sol hasta que empiece a brotar, pulverizando las hojas con frecuencia.
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